La primera vez es especial

Para el mejor Center de la Historia, la puesta de largo debía ser especial, y lo fue. A pesar de no estar en la mejor forma, Alberto Moy fue titular en su debut en el baloncesto (no podia ser de otra forma). Jugó, eso sí, tan solo el primer cuarto y un minuto del segundo, mientras le acompañaron las fuerzas, pero su aportacion fue espectacular: capturó nada más y nada menos que 11 rebotes, ocho de ellos en defensa, más que el resto de jugadores juntos mientras estuvo en cancha.
Empezaba así a marcar su territorio desde el principio. También tuvo tiempo de hacer una asistencia antes de caer extenuado, pero dejando a su equipo por encima en el marcador, y colaborando en la victoria de su equipo, los Caserta Dwarves, que se despedían así de la categoría (descenderían a Cuarta División), con la impresión de que el año siguiente empezarían a forjar un mito.

Extenuado pero feliz, Alberto se fue tras el partido a entrenar otra vez, sin descanso, y a aplicar sus cyberpoints para alcanzar los 17, 62 de promedio, tras tan solo dos días (65/2 al 67/2).

No descansaría hasta ser el mejor.
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